miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Y si nos escribimos otra vez?.

Mientras leeis podeis poner música:


 Si,si, pero no por whatsapp o por Mail, sino por carta.

Muchos chicos y chicas de ahora no creo que conozcan lo que es escribirse cartas por correo con sus amig@s para contarse el día a día, de esas que echábamos al buzón y que mantenían una ilusión en el tiempo esperando la respuesta mirando en el casillero.

Recuerdo que habían papeles de cartas perfumados y si no, los perfumábamos nosotras. Jajaja, a veces cuando llegaba la carta a su destino y leías que tu amiga le había puesto algún perfume consistente,tenías que pegar bien la nariz y aspirar fuerte para detectar algún rastro del perfume y no había manera. !Yo creo que muchas veces nos imaginábamos hasta cómo olía!. Teníamos que esperar 3 días mínimo para recibirla y en ese tiempo había perdido el aroma.


Escribir una carta era un auténtico ritual, elegir el papel, un boli chulo con el que te hiciera ilusion escribir, una mesa cómoda y, sobre todo, muchas cosas que contar.
Una carta no es como un whatsapp. En unas cuantas hojas había que contar todo lo que nos había pasado y lo que querrías que pasara cuando nos reencontrásemos. Aglutinarlo todo en papel requería de una organización mental muy elevada. Todo tenía que tener sentido y contarlo en orden, además debíamos intentar no equivocarnos porque aquí no se podía borrar el texto, como hacemos con el teléfono, y una carta con tachones no era plan.





Escibir una carta era crear un vínculo muy serio e importante con tu destinatario y significaba, por lo menos para mi, plasmar lo más íntimo y lo que salía del corazón confiando en que en su largo viaje nada, de lo plasmado en un papel decorado con rosas o mickey mouse, se perdiera por el camino.



El final de carta era siempre bastante importante y requería de imaginación para ponerle un buen broche final. Un dibujo de tu amiga y tú juntas, un monigote inventado diciéndole las ganas que tenías de volver a verla o diciéndole lo guay que era.






Una posdata que anunciaba el irremediable final de los finales de la carta y que te daba la oportunidad de escribir la última frase para decir cualquier cosa que se te había olvidado o simplemente para decir lo mucho que la querías.



¿Y esas cartas de amor?. Esas sí que eran dignas de publicar dignas de enmarcar, de guardar para siempre y de, a veces, no querer volver a leer por aquello de los recuerdos, porque, el poder de lo escrito en una carta de amor no lo supera ni una frase escrita en Facebook, ni un whatsapp ni un Twitter, por lo menos para mi. 
Primeros sentimientos de amor que te hacían sacar el poeta que llevabas dentro.





El sobre ya era la guinda del pastel. A juego con el papel de la carta o uno, simplemente blanco, que decorabas con frases o a saber qué, pensando, también, en el cartero, en lo que pensaría al verlo. Jajaja.







"Corre cartero que es para la amiga que más quiero" 




¿Y sí volvemos a escribirnos?. Si, ¿por qué no?. ¿Por qué no poner una nota de color entre tanta factura, cartas del ayuntamiento, multas y demás malas noticias?.
                                                

                                                                                                    
                                                                                                      17 de septiembre de 2014

"Querida amiga,                                                                              

Hoy, después de muchos años sin hacerlo, he decidido volverte a escribir, como hacíamos de pequeñas.
Tengo tantas cosas que contarte...."

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