martes, 16 de junio de 2015

Con flores.

Desde que entré a trabajar en la nueva empresa, me marqué una rutina diaria que me encanta y me llena, sobre todo a la hora del paseo. Suelo comer sobre las tres y media y enseguida me bajo a pasear, llueva, haga frío, o calor, aunque con calor lo llevo peor, pero bueno, la cuestión es que me de el aire.

Al llevar pocos meses, desde enero, no conocía lo que hoy os voy a enseñar. 
Hay un árbol muy peculiar con unas flores más curiosas todavía. Son de color rosado y amarillo y parecen pequeños "monigotes despeinados sin ojos" o "pelambreras". Jajajaja, son súper originales.
Os presento a la Acacia de Constantinopla o Árbol de la Seda.




Hoy, caminando y verlas por segunda vez, ya en el suelo por el fin de su floración, se me ocurrió coger una y dar rienda suelta a la imaginación. Creo que para los que tengáis hij@s es una actividad divertida y original y que no sólo se me ocurre hacer con estas flores, sino con todas las que os encontréis. 

Un consejo: intentad coger las que caen al suelo en lugar de arrancarlas del árbol.


Pues aquí os dejo lo primero que se me ha ocurrido junto con la hija de una amiga mía que me iba diciendo qué utilidad podía tener esta flor tan peculiar combinada con dibujos.

Espero que os guste:








Hay tantas variedades de hojas y flores que no sé a qué esperáis para combinar la imaginación con la pintura, lo real con lo imaginario junto con los más peques de la casa.
Además conocerán nuevas texturas al poder tocar las flores, olerlas y, sobre todo, respetarlas, creando pequeñas obras de arte.

!Viva la imaginación!.