miércoles, 23 de septiembre de 2020

"Micro mundos" en tiempos de COVID.

A veces nos vamos acostumbrando a una situación que no es la nuestra o que consideramos normal, y hay que saber parar un momento, tomarse unos segundos para recapacitar y situarnos.
Yo lo llevo haciendo desde que volví de las vacaciones de verano, me refiero a tomarme esos segundos.

Para mi este verano no ha sido muy diferente a los demás, parte lo he pasado con mis padres y parte con amigas y sus hijos y la verdad es que bien, pero reconozco que es la estación del año que menos me gusta.
Estaba deseando que llegara septiembre, pero claro todo a su tiempo y por fin llegó. 
Pensar en volver a Madrid, a la rutina, a la oficina y ver a los compañeros, vivir los últimos coletazos del calor y esperar al cambio de tiempo con más fresquito, es algo que me hace mucha ilusión.
Esto último parece que se va dando correctamente en el calendario, hoy es 23 de septiembre y todo apunta a que el otoño está, oficialmente, aquí. Empieza a llover, todavía no hiela y la época de setas es un momento que me hace mucha ilusión. Eso de pisar el campo y oler la tierra mojada, pasar la tarde con amigos paseando y deduciendo qué setas son las buenas y cuales no y luego, después de asegurarnos bien, cocinarlas con chapetas rojitas en la cara que nos han salido por el frio y el aire puro que hemos respirado. Ducharte y a la camita a dormir... Creo que este fin de semana va a ser de esos.

A veces hay que aferrarse a cosas que hacen ilusión para no pensar en otras, intentar crear los "micro mundos" de los que siempre hablo a mis amigos y que no me gusta llamar "zona de confort" por aquello de lo mal que se habla de este concepto. Pues mira, a mi mis "micro mundos" o "zonas de confort" me gustan y me siento bien en ellos y a quién no le guste que no mire y más en los tiempos que vivimos. 
Tanto han criticado estos términos y ahora resulta que no nos queda otra que estar y vivir en ellos.

Ayer me paré a pensar, retomando la primera frase de este post, y verdaderamente no me quedó otra que situarme en la realidad. Todo ha cambiado y... sigue cambiando, pero en mi "micro mundo", todo está a salvo. En el trabajo hay mucha gente malita y estamos bajo mínimos con el tema del tele trabajo y el ambiente es bastante triste y aburrido, vuelven las medidas de confinamiento en algunas zonas de Madrid y rezando estoy para que no nos toque y si nos toca que no afecte a mi trabajo. Quedarse sin trabajo ahora sería algo equivalente a un suicidio... Vale me he pasado, pero vamos, que ya he vivido estar en el paro y en la época Covid no quiero ni pensarlo. ¿Cuándo volvería a encontrar algo?. ¿Me iban a pagar el paro?. ¿Me daría para pagar el alquiler y más o menos los gastos del mes?... Virgencita que me quede como estoy.

Está bien situarse en lo que toca vivir, pero... a mi los cambios no me gustan y me cuestan mucho porque, además, creo que no son para mejor en este caso. Hay muchos factores externos que me afectan e infectan mi existencia en este país y uno de ellos es el del panorama político. No siento que le importemos a nadie y a quien le importamos un poquito intentan "cargárselo". Vamos a la deriva en un barco sin timón y parece que sin rumbo.

En fin, que creo que lo que hay que hacer es ser realista aceptar los cambios e intentar reforzar los "micro mundos" para amortiguar los golpes e intentar mantener el equilibrio y la normalidad, y no, no la maldita "nueva normalidad". Yo quiero mi normalidad de siempre.

Sed felices.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Mi amor.

 La vida a veces da zarpazos en el corazón y al cabo del tiempo te sorprende poniéndote una tirita.
A mi me sorprende muchas veces, casi cada día, pero jamás pensé que en el amor, en el que ahora puedo denominar, "amor de mi vida", podría ocurrirme algo así...

Conocer a una persona y vivir un engaño es algo muy duro, pero que nuestros caminos se vuelvan a juntar al cabo de casi tres años, es algo dolorosamente sorprendente y digo dolorosamente porque la vida ha sido difícil y complicada en un pasado y deja tantas cicatrices profundas, que volver a ser la persona pura y limpia que eras es prácticamente imposible.Y hablo de él y yo quiero comprenderle y por eso le perdono.Ya no me acuerdo de aquello, un error que quiero perdonarte, fue un mal sueño porque lo soñé, porque lo sabía, pero ya pasó.

Hablo de mi amor, mi vida, mi aire de cada día, mi ansiedad, mis ganas de estar aquí en este mundo, mi cura... ¿cómo se puede querer tanto?. 

Hasta hace poco he tenido la duda de si el amor de mi vida fue mi primer amor y creo que puedo llegar a decir que no, que eres tú, aquel, fue eso, "mi primer amor".

Quererte es difícil, pero te quiero, te quiero más que a nada y te miro y me muero, y no, no estoy loca, es que es un amor diferente al que he sentido hasta ahora, tal vez más maduro, más profundo, más observador... 

Tenerte cerca me hace feliz, cuando me acaricias es pasar a otra dimensión y no querer que acabe, tu distancia me acerca más a ti, me conecta para salvarte de tus fantasmas, de tus dolores en el alma y el corazón. Quiero curarte para siempre y que esa cabeza cabizbaja con ojos de niño dolido, se borren para siempre de tu vida.

Querer es precioso, te lleva por la vida por encima de la maldita realidad que nos machaca cada día, las prisas, el estrés, las responsabilidades que nos roban tiempo, pero cuando estamos juntos todo se para, nada es mejor que ese momento y yo amo la vida al mayor nivel que pueda existir.

Tu olor, tu cara, tus ojos, tu pelo y tus manos, tus preciosas manos, tu piel, tu cuerpo perfecto, porque para mi es perfecto, tu voz tu risa, tu vida y tus besos... todo lo adoro. No te vayas nunca, quédate conmigo, cuídame, quiéreme.